CAPITULO
PRIMERO
Job, varon
santo y rico, ofrece sacrificios a Dios por sus hijos: el Señor permite a
Satanás que haga prueba de su virtud, quitándole de golpe todos sus bienes e
hijos.
II
Segunda
prueba de la virtud de Job en los tormentos de todo su cuerpo llagado;
insúltale su mujer, y visítanle tres amigos.
III
Desahoga
Job su angustiado corazón, lamentándose de sus males con enérgicas expresiones,
y mostrando la infelicidad de los mortales.
IV
Eliphaz
acusa a Job de impaciencia, y quiere persuadirle que sus males son en castigo
de sus pecados; suponiendo que los inocentes nunca tienen adversidades.
V
Prosigue
Eliphaz acusando a Job de iniquidad, exhortándole a que se convierta a Dios,
cuya providencia aplaude.
VI
Job
justifica sus quejas: se lamenta de que sus amigos le hayan abandonado, y los
reprende con energía.
VII
Job
continúa su defensa; y pide a Dios que le libre de las miserias, y le perdone.
VIII
Baldad
defiende que las calamidades de Job son pena de sus culpas. Le exhorta a que se
convierta; y habla contra los hipócritas.
IX
Ensalza
Job aun mas que sus amigos el poder, la sabiduría y justicia de Dios; y muestra
que no se opone a estos atributos el afligir en este mundo a los inocentes.
X
Job, en
medio de sus asombrosas tribulaciones, pide al Señor que o le quite la vida, o
le alivie de sus males.
XI
Sophar
afirma injustamente que Job es castigado de Dios por su soberbia y presunción,
y otros pecados; y en lugar de probar su acusación, exalta la grandeza de Dios,
que Job no niega.
XII
Job
redarguye a sus amigos, y confunde su jactancia, haciéndoles ver que no hablan
al caso.
XIII
Desea Job
que sea juzgada su causa en el tribunal divino; pues sus amigos son jueces
incompetentes. Anhela saber de Dios por qué pecados le castiga tan severamente.
XIV
Pinta Job
las miserias humanas, y en particular las suyas. Admira la providencia de Dios
acerca del hombre; y profetiza la resurrección de los cuerpos.
XV
Eliphaz
acusa calumniosamente a Job de jactancia, de impaciencia y de blasfemia contra
Dios, y le compara a los impíos y tiranos.
XVI
Quéjase
Job de la injusticia de sus amigos en condenarle sin pruebas; y pone al Señor
por testigo de su inocencia, y de que no son sus pecados la causa de sus
crueles dolores.
XVII
Prosigue
Job sus lamentos: acusa a sus amigos de necios, porque solo admiten
remuneración en esta vida.
XVIII
Baldad
interrumpe a Job: le zahiere como a impío; y concluye que padece castigado por
sus pecados.
XIX
Job acusa
de crueldad a sus amigos: expone lo acerbo de sus dolores y se consuela con la
esperanza de la resurrección.
XX
A Sophar
parece que le hacen fuerza las razones de Job; pero luego vuelve a la misma idea
de que Dios no castiga a un inocente.
XXI
Desea Job
que sus amigos le escuchen con paciencia. Les demuestra con ejemplos y razones
que de las dichas o desdichas de los hombres en este mundo no se puede colegir
quien es justo y quién es impío.
XXII
Eliphaz
enfurecido calumnia a Job de delitos enormes; y le exhorta a que haga
penitencia.
XXIII
Job apela
del juicio de sus falsos amigos al de Dios; de cuya incomprensible providencia
tiene rectas ideas.
XXIV
Prueba Job
por la experiencia que Dios dilata el castigo de muchos pecadores hasta después
de su fatal muerte.
XXV
Baldad
quiere convencer a Job que no debe creerse puro e inocente a los ojos de Dios.
XXVI
Job
muestra que conoce mas que Baldad las grandezas de Dios.
XXVII
Insiste
Job en su defensa, y describe el infeliz paradero de los impíos.
XXVIII
Pinta Job
el desvelo de los hombres en buscar riquezas, y el poco aprecio que hacen de la
sabiduría, la cual viene del cielo, y se comunica por medio del temor de Dios.
XXIX
Job
describe su antigua felicidad, durante la cual estuvo muy ajeno del mal obrar
que le imputaban sus tres amigos.
XXX
Deplora
Job la mudanza de su antiguo feliz estado en la lastimosa situación en que se
halla por permisión de Dios.
XXXI
Vida
inocente de Job, y las virtudes a que estaba habituado desde niño.
XXXII
Eliú,
jactándose de su saber, desaprueba las razones así de Job como de sus amigos, a
los cuales había Job dejado sin tener que replicarle.
XXXIII
Niega Eliú
que Job sea justo: dice que Dios habla a los hombres de diferentes maneras, y
que es propicio al que se convierta a él.
XXXIV
Eliú mas
furioso que los otros tres en calumniar las palabras y el proceder del
pacientísimo Job, acusa a este de blasfemia y de otros delitos.
XXXV
Siguen las
calumnias de Eliú contra Job.
XXXVI
Eliú da
instrucciones y consejos a Job de propósito. Exhórtale a que se arrepienta, y
le promete toda felicidad.
XXXVII
Concluye
Eliú su discurso, ponderando las perfecciones de Dios; y suponiendo que Job ha injuriado a todos
estos tributos divinos le exhorta a humillarse.
XXXVIII
El mismo
Dios se introduce en la disputa: manda callar a Eliú, y reprende a Job por
algunas inconsideraciones.
XXXIX
Continúa
el Señor mostrando a Job cuanto va de la criatura al Criador. Job reconoce que
ha hablado inconsideradamente.
XL
Continúa
Dios en mostrar a Job la distancia de la criatura al Criador, y le hace ver su
divino poder en las dos bestias descomunales Behemoth y Leviathan.
XLI
Explícase
mas difusamente la fiereza de Leviathan con la descripción de sus miembros, y
de su dureza y soberbia.
XLII
Sentencia
el Señor a favor de Job contra sus tres amigos. Ruega Job por ellos; y habiendo
recibido bienes, descansa en paz.